Super Trenza está maquillándose el ojo izquierdo cuando de pronto oye un estruendo. Rápido, se asoma al balcón dorado de su dormitorio y siente la imperiosa necesidad de ver lo que ha pasado. No ve nada, pero acude en busca de la tragedia. Dos calles más allá, descubre que se ha abierto una profundísima zanja en el suelo.
Con un silbido hace salir de los seis bolsillos de su chaleco a seis petirrojos que con sus pequeñas patitas enrredan su cabello. Le hacen cosquillas y ella se ríe mientras su pelo comienza a crecer y a crecer hasta los tobillos. Después los pájaros trenzan sus cabellos. La gente se para a contemplar la escena: una hermosísima chica deja caer dos largas trenzas por la zanja y salva a los viandantes que habían caído dentro.
Super Trenza puede estar orgullosa de la hazaña.
2 comments:
propongo que supertrenza de paso urda un nuevo asfalto capilar para evitar zanjas ulteriores.
me parece maravilloso que se estuviera maquillando un ojo cuando se abrió la tierra... mientras ella se hacía la raya en el ojo, la calle se partía en dos.
uf!
esperando la nueva entrega de superhéroas con la mujer purpurina...
Qué bellísimo sería encontrar a tiempo una supertenza a la que agarrarse cuando nos veamos caer hacia el fondo.
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