Siento que han brotado flores en mi estómago. Al colocar la mano sobre mi tripa percibo su color violáceo. Me sorprende la sensibilidad óptica de mis dedos, que desde hoy me recuerdan a los ojos de un molusco gasterópodo. Mientras me toco la tripa claramente comprendo que mis manos son una especie de periscopios sumergibles en la piel.
3 comments:
bueno, hay otra gente que tiene "un jardín en la garganta".
y mi madre cuando tiene que hablar de barrigas me señala su cicatriz de cesárea y me dice: por tu culpa, por tu culpa.
y no hubo fórceps, ni periscopios. más bien fue a cuchillazo.
oye pero qué lindas acotaciones!
siempre digo
mundo interior: tránsito intestinal
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