Suena el teléfono, pero no me da tiempo a cogerlo. Entonces devuelvo la llamada y pregunto quién es.
Al otro lado de la línea mi propia voz me da tres opciones -a) soy una cornucopia barroca, b) soy el Imperativo Categórico de Kant o c) soy el Arcangel Miguel- Me quedo sin palabras y cuelgo.
2 comments:
Maldita sea... hay que pagar la llamada.
Un saludo.
no es bueno contestar las llamadas ocultas
Post a Comment